Un policía de la Ciudad rompió el silencio y confesó todo: contó cómo se organizó un operativo trucho para ensuciar al empresario Francisco Hauque, quien le reclamaba una deuda de 6 millones de dólares a Elías Piccirillo, pareja de Jesica Cirio.
La causa, que ya tenía ribetes de novela, ahora sumó un giro de película: uno de los policías involucrados se convirtió en arrepentido y reveló paso a paso cómo montaron todo para plantarle drogas y un arma a Hauque.
¿Cómo empezó todo?
Piccirillo, ahogado por la deuda, recurrió a un exinspector de la Policía Federal con peso pesado: Carlos «Lobo» Smith. Este, a su vez, conectó con el comisario Iván Helguero, jefe de la División Robos y Hurtos Norte de la Policía de la Ciudad.
Entre los tres idearon un plan: armar un procedimiento falso para meter preso a Hauque, ensuciarlo y sacárselo de encima.
El relato del policía arrepentido
El agente detalló que hubo al menos dos reuniones previas al operativo. En una de ellas, Smith les dijo que había un narco alojado en Recoleta y que “tenía contactos políticos”, y hasta dio detalles del auto y la ropa de la supuesta víctima.
Todo esto fue antes del operativo trucho que terminó con Hauque detenido.
El día del operativo
Con los datos que dio Smith, los policías montaron un seguimiento y detuvieron a Hauque y su esposa cerca del Hotel Palacio Duhau. En el auto encontraron más de un kilo de cocaína y un arma.
¿El problema? Todo apunta a que la droga y el arma fueron plantadas.
¿Por qué le creyeron al arrepentido?
La declaración del policía no vino sola: las cámaras de seguridad y los registros de antenas celulares confirmaron gran parte de su historia. Eso fue suficiente para que cayeran Piccirillo, Smith y el comisario Helguero, todos acusados de asociación ilícita y armado de causas.
El trasfondo
El eje de todo es la deuda de millones que Piccirillo tenía con Hauque. En lugar de resolverlo por las buenas, decidió apretar a su acreedor con una maniobra sucia: usó a la policía para sacarlo del medio.
Lo más fuerte del testimonio del arrepentido fue que el operativo no fue un error ni una mala praxis: fue armado con lujo de detalle para ensuciar a un tipo que, casualmente, tenía un juicio millonario contra el marido de una figura pública.
¿Y ahora?
Con las detenciones ya hechas y el arrepentido cantando todo, la causa sigue escalando. Hay sospechas de que no es la primera vez que estos personajes hacen algo similar. Y todo indica que se van a seguir destapando cosas.
Otro caso donde el poder, la policía y los negocios turbios se cruzan en el peor combo.




